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La supremacía geopolítica mundial dependerá cada vez más de los chips de computadoras

Una compañía taiwanesa de semiconductores ha quedado en el centro de la lucha de poder entre EEUU y China.

Por: Financial Times. Traducido por Renato García J. | Publicado: Martes 2 de marzo de 2021 a las 12:40 hrs.
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John Thornhill

Si las prioridades de la humanidad se midieran en costos de construcción de edificios, el orden entonces sería el siguiente: Dios, la física y los chips para computadoras.

El complejo de edificios que rodea la Gran Mezquita de La Meca se considera la construcción más cara de los tiempos modernos, aunque el Reactor Termonuclear Experimental Internacional en Francia podría superarla una vez finalizado.

Pero el tercer edificio más caro del mundo es casi con seguridad la gigantesca planta de semiconductores que está construyendo TSMC en Taiwán por US$20 mil millones. Cuando esté operativa el próximo año, la instalación contendrá cámaras estériles del tamaño de 22 canchas de fútbol en las que se fabricarán chips de silicio en dimensiones nunca antes vistas. Las obleas delgadas de TSMC tendrán un grosor de sólo 3 nanómetros (nm), equivalente a lo que crece una uña en tres segundos.

Este gigantesco gasto de capital pone de manifiesto la demanda casi insaciable por chips de computadoras, el dominio de los fabricantes taiwaneses y la sofisticación de la fabricación moderna. Los chips de TSMC alimentan todo, desde los últimos iPhone de Apple hasta equipos médicos y aviones de combate F-35, y representan aproximadamente 55% de las ventas mundiales de semiconductores.

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Activos estratégicos

Pero la fabricación de semiconductores también se está convirtiendo en un imperativo geopolítico. Como parte de su presión sobre la industria tecnológica de China, EEUU ha exigido a TSMC dejar de abastecer a Huawei, antes uno de sus mayores clientes. China, que gasta más en la importación de chips informáticos que en petróleo, está desarrollando una industria de semiconductores para reducir la dependencia de proveedores extranjeros.

Al darse cuenta de sus propias vulnerabilidades, EEUU, Japón y la Unión Europea también están intensificando sus esfuerzos para desarrollar industrias locales de semiconductores, mientras sus automotrices y compañías de videojuegos se lamentan por la falta de suministro. Los chips de computadora compiten actualmente con las vacunas como recursos imprescindibles para cualquier estado nacional.

Si la capacidad militar de los siglos anteriores se basó en rifles automáticos, buques de guerra o bombas atómicas, es muy posible que en el siglo XXI dependa del uso más ingenioso de chips avanzados. La importancia de TSMC para la industria mundial de semiconductores a veces se da como una razón por la que China continental podría invadir Taiwán. Pero consideraciones militares y políticas mucho más importantes determinarán el curso de acción de Beijing.

Desde cualquier punto de vista, TSMC es una compañía extraordinaria que está cosechando los beneficios de invertir más que sus rivales. Acaba de anunciar que su gasto de capital aumentará aún más a una cifra entre US$ 25 mil millones y US$ 28 mil millones este año, mientras hace todo lo posible por desarrollar más capacidad lo suficientemente rápido como para satisfacer la demanda. Durante la conferencia telefónica para reportar sus resultados el mes pasado, CC Wei, director ejecutivo de TSMC, dijo que las crecientes ventas de teléfonos inteligentes y computadoras de alto rendimiento y la adopción de la tecnología móvil 5G están alimentando la demanda de los novedosos chips lógicos de la compañía. "Creemos que la tecnología 5G es una megatendencia de varios años que habilitará un mundo donde la computación digital sea cada vez más omnipresente", dijo.

Obligada a elegir

La mayoría de las otras compañías de semiconductores han abandonado la carrera por fabricar chips de 3 nm debido a los estratosféricos costos. Ahora será difícil para cualquier rival alcanzar a TSMC debido a su gigantesco gasto de capital, su experiencia tecnológica, su red de proveedores y el apoyo del gobierno taiwanés. Sólo la surcoreana Samsung se le acerca.

La mayor preocupación para TSMC es la tensión geopolítica entre EEUU y China. Con dos plantas en China, una en Washington y otra planeada en Arizona, TSMC ha estado cubriendo sus apuestas. Pero como muchas otras compañías en un mundo que se está polarizando rápidamente, se verá obligada a elegir.

Taiwán ha temido durante mucho tiempo que el mundo pueda dividirse en cadenas de suministro rojas dominadas por China y azules enfocadas en EEUU, poniendo en peligro las relaciones con su mayor socio comercial o su principal aliado estratégico. El espacio de maniobra de la isla se está volviendo tan delgado como sus obleas.

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